La Saeta
Caminos
¿Quién me presta una escalera
para subir al madero,
para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la Cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!
De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza
Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.
Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.
El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.
Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!
Adrián Rebollo.
Yo personalmente he elegido este poema ya que era el poema que más me transmitía, me despertaba un sentimiento que otros no han hecho, y también ha hecho que me plantee la ideología que particularmente tenía respecto a los poemas, ya que pensaba que no servían para mucho. Con este en concreto me he dado cuenta de verdaderamente transmiten mucho, y más cuando lo ves desde algunos puntos de vista personales, donde puedes a llegar a identificar tus sentimientos con los del autor.
Francisco Javier Bravo.
He elegido este poema porque me parece un poema realmente profundo. También me resultó curioso la relación que guarda dicho poema con la mencionada calle "Caminos" en el barrio de Sevilla Este, Sevilla. Dicho poema da nombre a la calle sevillana haciendo alusión en el poema a su relación con la ciudad de su infancia, Sevilla.